Ajusta la suspensión de tu moto sin complicaciones
No hace falta ser piloto profesional ni tener una moto de competición para hablar de suspensión. La realidad es que si llevas una moto, deberías saber cómo se comporta con tu peso, con el tipo de uso que le das y, sobre todo, cómo mejorarla con un par de ajustes bien hechos. Aquí te contamos lo que necesitas saber.
¿Por qué es importante ajustar la suspensión?
Muchos motoristas llevan años montando sin haber tocado jamás un clic de la suspensión. Y aunque parezca que la moto va bien, la diferencia entre una suspensión mal ajustada y una que se adapta a ti es muy grande.
- Seguridad y control
Una suspensión ajustada correctamente mejora el agarre, la estabilidad y la capacidad de respuesta en frenadas y curvas. Si vas con demasiada precarga o muy poco rebote, tu moto no se comportará como debería y podrías encontrarte con reacciones peligrosas sin esperarlo.
- Comodidad y rendimiento
Además de seguridad, el confort también se nota. Una suspensión mal ajustada puede hacerte sentir cada bache como un golpe seco o rebotar en exceso en carretera. Y si te gusta ir rápido, un buen ajuste marca la diferencia entre ir “peleándote” con la moto y fluir con ella.

1. Conoce el SAG: el punto de partida
¿Qué es el SAG?
El SAG es la medida de cuánto se hunde la suspensión de tu moto cuando estás encima, con el equipo puesto. Es la base para ajustar la precarga del muelle trasero y delantero, y es el primer paso antes de tocar cualquier otra cosa.
Cómo medirlo correctamente
Necesitas una cinta métrica y alguien que te eche una mano. Se mide con la moto en tres posiciones:
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Moto totalmente descargada (sobre caballete).
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Moto con el peso de tu cuerpo, en posición natural de conducción.
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La diferencia entre ambos te da el SAG estático y dinámico.
Valores recomendados según uso
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Para carretera o calle: SAG trasero entre 30–35 mm, delantero entre 25–30 mm.
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Para pista o conducción deportiva: un poco más firme, SAG trasero entre 25–30 mm.
Si estás fuera de esos rangos, necesitas ajustar la precarga.
2. Ajustes básicos según tu peso
Una vez tengas claro el SAG, el siguiente paso es adaptar la suspensión a tu cuerpo. No todos pesamos lo mismo, ni usamos la moto igual. Y por eso, una configuración de serie rara vez es la ideal.
Precarga del muelle
La precarga regula cuánto se comprime el muelle cuando estás encima de la moto. Si pesas más de lo que el fabricante considera "estándar", es probable que necesites aumentarla. Si pesas menos, lo contrario.
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Más precarga = menos hundimiento
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Menos precarga = más hundimiento
No es cuestión de apretar al máximo. Hay que ajustarla hasta que el SAG esté dentro de los valores recomendados. Si llegas al tope del ajuste y sigues fuera de rango, probablemente necesitas cambiar los muelles.
Compresión y rebote
Estos dos ajustes están en la parte hidráulica de la suspensión y controlan cómo responde ante baches y cómo vuelve a su posición.
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Compresión: cuánto resiste la suspensión al comprimirse. Útil para evitar que la moto se hunda en frenadas fuertes.
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Rebote: cuánto tarda en volver a su posición. Si rebota muy rápido, la moto será inestable. Si lo hace muy lento, parecerá “bloqueada”.
Lo ideal es hacer pequeños ajustes, probar en marcha y notar cómo responde la moto. Si haces clics a lo loco, acabarás desconfigurando todo.

3. Ajustes según tipo de uso
Aquí es donde realmente adaptas la moto a tu estilo de conducción. No es lo mismo ir al trabajo todos los días que hacer curvas en puerto o salir con pasajero.
Uso urbano o touring
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Precarga media-baja para mayor comodidad.
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Reacciones suaves, sin necesidad de rigidez excesiva.
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Rebote controlado para evitar movimientos bruscos al pasar por badenes.
Uso deportivo o pista
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Precarga más firme para mantener la geometría estable.
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Compresión ajustada para evitar hundimientos excesivos.
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Rebote más rápido, pero sin que la moto rebote como un muelle.
Uso con pasajero o carga
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Añadir precarga trasera (mucho más que en solo).
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Revisa también presión de neumáticos.
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Mejorar rebote para controlar el peso extra.
¿Cuándo acudir al taller?
Aunque puedes hacer muchos ajustes básicos tú mismo, hay momentos en los que es mejor dejarlo en manos de profesionales.
- Ajustes hidráulicos
Si tu suspensión permite regular la compresión y el rebote, pero no notas mejora tras varios intentos, probablemente no es solo cuestión de clics. La regulación interna puede estar desequilibrada, o el aceite de la horquilla puede necesitar un cambio. En ese caso, mejor pásate por un taller especializado.
- Cambio de muelles
Si tras ajustar la precarga correctamente sigues fuera del SAG recomendado, es que los muelles no están hechos para tu peso o estilo. Cambiarlos no es caro y puede transformar por completo el comportamiento de la moto.
En Motos Arribas, por ejemplo, podemos asesorarte y realizar este tipo de ajustes con garantías y experiencia.
Una moto bien ajustada no solo va mejor: te hace sentir más seguro, más cómodo y más conectado con lo que haces. Da igual si la usas para ir al curro o para disfrutar del fin de semana: una suspensión adaptada a ti cambia completamente la experiencia.
No necesitas gastarte una fortuna ni entender de mecánica. Solo saber qué mirar, cómo ajustarlo... y cuándo pedir ayuda si hace falta.
Tabla de referencias
Situación | Precarga | Compresión | Rebote | SAG recomendado |
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Uso diario / ciudad | Media-baja | Suave | Medio | Del: 25–30 / Tras: 30–35 mm |
Uso deportivo / pista | Alta | Media-alta | Rápido controlado | Del: 20–25 / Tras: 25–30 mm |
Con pasajero o carga | Alta | Alta | Medio-alto | Ajustar según carga total |
Confort prioritario | Baja | Baja | Suave | Del: 30–35 / Tras: 35–40 mm |
Estos valores son orientativos. Cada moto tiene su propia configuración óptima según fabricante y componentes.
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